Se incrementó la credibilidad pública en la Justicia
Un relevamiento nacional, que incluyó a Tucumán, registra la recuperación de la imagen de los Tribunales, en contraste con la caída de 2007. ¿Vamos hacia una sociedad con Justicia por mano propia en la Argentina?
La confianza en la Justicia creció fuertemente en el último año, y se ubicó el mes pasado en 49,5%, tres puntos por encima del registro obtenido en julio de 2007, uno de los más bajos del último quinquenio. De este modo se confirmó la recuperación de la consideración pública respecto de la labor que se desarrolla en los tribunales. En la escala de medición utilizada, 0 punto es desconfianza absoluta y 100 puntos, el extremo opuesto.
El porcentaje es el resultado obtenido en el sondeo nacional para confeccionar el Indice de Confianza en la Justicia argentina (ICJ), y queda apenas por debajo del máximo registrado en marzo de 2006 (las encuestas comenzaron a realizarse en 2004).
El trabajo fue realizado a pedido de la Universidad Torcuato Di Tella de Buenos Aires, el Foro de Estudios sobre la Administración de Justicia (Fores) y la Fundación Libertad, con una muestra telefónica de 1.000 casos que incluyó Tucumán. La encuesta la realiza la consultora Poliarquía, tres veces por año. aunque por razones organizativas no se concretó la prevista para mayo pasado.
Más allá de la mejora registrada, la situación sigue siendo preocupante, según la opinión del miembro del comité ejecutivo de Fores, el abogado Marcelo de Jesús (ver “¿Vamos hacia una sociedad...?”).
Mecanismo utilizado
El ICJ se obtiene promediando las opiniones de los encuestados en dos subíndices: el conductual (mide el comportamiento potencial que reconocen que tendrían frente a conflictos jurídicos en materia patrimonial, familiar y laboral); y el perceptual (opiniones de los consultados respecto de atributos que se espera de los integrantes de la Justicia, como imparcialidad, eficiencia y honestidad).
Normalmente, el subíndice conductual registra mayores valores positivos que el perceptual. Este resultado se repite en esta medición, con una franja de casi 43 puntos entre lo que la gente haría en caso de conflictos (más del 70% iría a los tribunales seguro o probablemente) y lo que piensa de los jueces (la gran mayoría de los relevados admite tener una pronunciada desconfianza, y sólo la minoría se pronuncia favorablemente), cuando se promedian las respuestas a tres interrogantes formulados en cada uno de los dos subíndices.
Preguntas
Para medir el índice conductual se realizan tres preguntas sobre reacciones ante situaciones hipotéticas. Acerca de haber recibido un cheque sin fondos (problema de índole patrimonial), el 73% recurriría a los magistrados en forma segura (55%) o probable (18%). Si el conflicto es laboral, como ser un despido, la cifra trepa al 77% (63% y 14%, respectivamente), mientras que decrece al 68% en caso de un problema familiar, como la separación conyugal (57% y 12%).
Como contrapartida, un cuarto de la población consultada no concurriría a los tribunales, ven poco probable hacerlo o no saben.
Indices angustiantes
La encuesta arroja guarismos preocupantes en lo referido a la medición de la honestidad de los jueces, ya que el 85% de los sondeados los encuentran poco (52%) o nada confiables (33%), y sólo lo son para el 11% (no sabe/no contesta es del 4%).
Un similar porcentaje se registra en la percepción de imparcialidad: el 84% dijo que la Justicia es poco (56%) o nada confiable (28%), frente a un 14% que opinó favorablemnente (no sabe/no contesta, 2%).
El tercer ítem de este rubro es la capacidad y eficiencia de los magistrados, respecto de lo cual el 80% de los consultados los evaluaron entre poco (55%) y nada confiables (25%), ante un 16% que dijeron que son confiables y un 1%, muy confiables. Un 3% no opinó.
En mayor crecimiento en los guarismos se dio en la Capital Federal y en el Gran Buenos Aires, mientras que en los 20 distritos del interior relevados se produjo un leve retroceso respecto de las conclusiones alcanzadas en diciembre de 2007. Quienes participaron en algún juicio en los últimos tres años confían más en la Justicia que quienes no lo hicieron, mientras que las mujeres creen más en los jueces que los hombres.